lunes, 1 de junio de 2009

Un caso real y no de ficción

Quisiera compartir con ustedes esta noticia que me ha sorprendido mucho.
Para nosotras las mujeres que tratamos de conservar nuestro vestido de novia, es una enseñanza de desprendimiento.
Realmente es admirable y cabe destacar, el espíritu de solidaridad, altruismo y abnegación por su prójimo. Sin duda es una persona sin excentricidades que lo único que le interesó es salvar a una familia, más allá de que estropeara su vestido de novia. Fue el Ángel de la Guarda de aquella familia. Dios le devolverá el ciento por uno en su nueva vida de casada. Una satisfacción que llevará por el resto de su vida.

Una recién casada aún vestida de novia salvó a una familia de incendio.
Acababa de salir de su fiesta de bodas y al pasar por una casa en llamas escuchó a una mujer gritar desesperada
Todavía ataviada con su traje de novia, Georgette Clemons logró salvar a una familia de un incendio, ingresando al hogar en llamas en medio de una humareda espesa.
Las autoridades de Bridgeport, Connecticut, un estado colindante con el de Nueva York, informaron que Clemons acababa de abandonar su fiesta de bodas el domingo por la noche cuando observó que salía humo de una vivienda de la zona.
Clemons abandonó el automóvil que estaba conduciendo y corrió hacia la casa. La flamante casada dijo que una mujer estaba gritando desesperada, temiendo que algo ocurriera con sus animales y que no pensaba abandonar la casa. Por lo tanto, Clemons la sacó de la vivienda por la fuerza.
Luego de rescatar a los miembros de la familia Eitelberg, mientras los bomberos combatían el incendio, Clemons estaba cerca, doblando su ennegrecido traje de novia.
Clemons dijo que sus zapatos quedaron arruinados, pero que no era importante, pues todos en el hogar de los Eitelberg estaban sanos y salvos.

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